Advertí en tus ojos los astrales luceros del alba
todos pintados de un color ocre postrero
que perdura en la noche como luna abstracta.
Divisé el alerce disuelto en un negro profundo
aquel árbol que atestiguó el gesto taciturno
de primera vez amarnos en tus ojos ambidiestros.
Advertí una lejanía constante como astro o estrella
y silenciosa en su distancia de arena y ondulaciones
una mariposa clavada en la acuosa greda.
Esmerando sus alas al lacónico filo del bosque
violentando la cristalina frontera
para saltar como lágrima al filo del mundo.
Presentí en tus esferas de piélago profundo
una mano del tiempo apostada en la fuga
y un amor venidero desvanecido en su palma
devuelto del alma, como pálida espuma.
(matías)
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