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domingo, 1 de noviembre de 2009

Circularidades

Te guardan te aguardan conmigo
los rostros que no pueden ser espejo
las ruinas desfloradas de tu corazón tardío
que juntos caminamos caminaremos
y aun los espacios de bujías agonizantes
nos guardan
atesoran la silueta de nuestros esternones
hinchándose en la tiniebla de la pasarela
muy despacio las sombras
trepan flores de estío anudadas con celeste
lazos primeros en bienvenir el alba
cuantas son las heces del fruto pasado
que se baten en esta desolada bahía con soles
no más, ya no quiero, señorita
el álamo perdido, los gorriones de la infancia
todos se levantan vencidos en un párpado
y nos guardan nos aguardan con sigilo
las manos estrechadas en esta decadencia
tan rancia y fermentada
que, considera la arboleda al final de la guarda
o las rodillas sumergidas en el vientre exiguo
¡Son dos tiempos que se tocan las extremidades!
nacemos y morimos en el mismísimo cuadro
la lluvia, el álamo, los gorriones que vienen
no más, ya no quiero recordarlos hacia delante
nadie va a salvarnos de nuestra úlcera morosa
excepto los tibios gusanos
que hacen vida del otoño
excepto tu corazón triste desflorado y el mío

(matías)

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