Allá me encontré muerto de mí
apuñalado por mi sombra de mí
en un charco de sangre trabada
con la piel absorbida a los huesos
todavía las entrañas palpitando
y mi rostro inmóvil eternizado
en súplica bajo el puñal Fulgurante
de mi asesino
Allí fui muerto o muerto fui
muerto por mí, de mí, sin mí
hube de morirme
reseco como la tierra de enero
mi ramaje se vació de escombros
de sutiles esqueletos con alambre
y entelequias azules perdidizas
me morí de mí, morí, me, mí, de
estaba muerto ya cuando llegaron
no respiraba no punzaba el latido
me movieron me abrieron
dilataron mis pupilas en enjambre
y dejaron discurrir mi esencia
por un tubo metálico que daba a una zanja
yo mientras tanto los miraba
muerto de mí
ausente de mí
mi testigo sin mí
desde todas partes
(matías)
lunes, 26 de octubre de 2009
martes, 20 de octubre de 2009
Frágil
Hoy me siento, en el declive lánguido de este día
particularmente frágil
no de una fragilidad de mundo
nada que resuelva un especialista o una píldora
hoy estoy frágil de universo, de galaxias
de agujeros negros, de inmensidades
frágil de especie, de intemperie, de abismos
así vulnerado por todo lo que no entiendo
por todo lo que me interroga o descorazona
lo que se me presenta como inexorable
lo que me excede y trasvasa como lanza
hirviente, como un tiempo de agua
como el agua sin tiempo de un río caudaloso
devorando mi cuerpo como una sombra
esta tarde veo todo desde una cima
y el todo es tan pequeño
como la punta empinada desde donde veo
además pienso en todos los que me han dejado
tiemblan en mi sangre a esta altura
los que se han ido en el viento a ninguna parte
y siento de pronto un miedo irrefrenable
un espantoso miedo a que vos también me dejes
subiendo por mis piernas, ganando mis partes
no dejarme de mundo, otra vez
dejarme de universo, desampararme
quitarme no un techo sino el cielo gigante
dejarme ni siquiera en mí, ni siquiera en el espanto
(matías)
particularmente frágil
no de una fragilidad de mundo
nada que resuelva un especialista o una píldora
hoy estoy frágil de universo, de galaxias
de agujeros negros, de inmensidades
frágil de especie, de intemperie, de abismos
así vulnerado por todo lo que no entiendo
por todo lo que me interroga o descorazona
lo que se me presenta como inexorable
lo que me excede y trasvasa como lanza
hirviente, como un tiempo de agua
como el agua sin tiempo de un río caudaloso
devorando mi cuerpo como una sombra
esta tarde veo todo desde una cima
y el todo es tan pequeño
como la punta empinada desde donde veo
además pienso en todos los que me han dejado
tiemblan en mi sangre a esta altura
los que se han ido en el viento a ninguna parte
y siento de pronto un miedo irrefrenable
un espantoso miedo a que vos también me dejes
subiendo por mis piernas, ganando mis partes
no dejarme de mundo, otra vez
dejarme de universo, desampararme
quitarme no un techo sino el cielo gigante
dejarme ni siquiera en mí, ni siquiera en el espanto
(matías)
jueves, 15 de octubre de 2009
La pregunta
Quité una vértebra del andamiaje
por donde se clava el sol al horizonte
digo la tregua del ocaso a la sangre
esta inmensa víspera del ahogo
para saber en definitiva
si estas ganas urgentes
son de morirme o de no morirme
andamiaje perfecto del alba y la noche
te formulé la pregunta embarazada
la domesticada inevitable de los lunes
para saberme en la nube lo incierto
ni siquiera para abarcar el cielo vasto
apenas la hice por un techo de infamia
por un nombre a esta ruina
como rasguño en la roca inconmovible
dejé mi pregunta
a la vera de un río con olor a bóveda
que nace ya muerto a la vida
(matías)
por donde se clava el sol al horizonte
digo la tregua del ocaso a la sangre
esta inmensa víspera del ahogo
para saber en definitiva
si estas ganas urgentes
son de morirme o de no morirme
andamiaje perfecto del alba y la noche
te formulé la pregunta embarazada
la domesticada inevitable de los lunes
para saberme en la nube lo incierto
ni siquiera para abarcar el cielo vasto
apenas la hice por un techo de infamia
por un nombre a esta ruina
como rasguño en la roca inconmovible
dejé mi pregunta
a la vera de un río con olor a bóveda
que nace ya muerto a la vida
(matías)
martes, 13 de octubre de 2009
La soledad
Justo cuando se puede no estar solo
uno elige estar solo
estar reivindicando el derecho a la soledad
su condición
como un mártir inútil
Sabiendo la imagen de los otros juntos
y haciéndose uno más grande
a la sombra abandonada de esa imagen
Porque estar solo cuando los demás están solos
no deviene en virtud alguna ni en mérito
pues las soledades se tejen mutuas
y se forja en la ausencia una red de cercanías
Estar verdaderamente solo es elegir estar solo
es abstraer el cuerpo y el alma de la multitud
que convoca
La verdadera soledad es una soledad abnegada
que sabe siempre que puede dejar de ser
y aun así escoge la oscuridad de un cuarto
la distancia de un sofá apartado de la fiesta
el entendimiento distraído o la despedida anticipada
La soledad genuina no es azarosa
no es un don o un escarmiento de la providencia
es mucho más profunda
tanto como incierta el alma que
ante las luces del espectáculo
o ante el solemne vaivén de la vida
escoge morir sola prefiere vivir extraviada
La soledad genuina es un acto de rebeldía
en el fondo nadie quiere estar solo
pero a veces la compañía exige un precio caro
algo así como salirse de uno mismo
como reír sin ganas o hablar sin boca
y saber que el silencio desgarra
que no es posible ni deseable
y las miradas no se entienden
y los cuerpos se engañan
entonces uno acaba por sentirse más solo
entre tanta compañía aislada
entre tantos ismos errantes y vagabundos
que en el bosque más recóndito de la Europa nórdica
o en el frío más crudo de cualquier invierno
y de noche
La verdadera soledad se elige
como un acto urgente de búsqueda
porque nadie nunca quiere estar solo
y porque en el fondo intuimos que lo que el mundo
llama compañía
no es más que una triste sombra
de largas soledades que nunca se cruzan
que nunca se tocan se besan ni acarician
soledades largas que se deshabitan paralelas
como rieles fríos de acero, como vías del alma
nunca nunca
(matías)
uno elige estar solo
estar reivindicando el derecho a la soledad
su condición
como un mártir inútil
Sabiendo la imagen de los otros juntos
y haciéndose uno más grande
a la sombra abandonada de esa imagen
Porque estar solo cuando los demás están solos
no deviene en virtud alguna ni en mérito
pues las soledades se tejen mutuas
y se forja en la ausencia una red de cercanías
Estar verdaderamente solo es elegir estar solo
es abstraer el cuerpo y el alma de la multitud
que convoca
La verdadera soledad es una soledad abnegada
que sabe siempre que puede dejar de ser
y aun así escoge la oscuridad de un cuarto
la distancia de un sofá apartado de la fiesta
el entendimiento distraído o la despedida anticipada
La soledad genuina no es azarosa
no es un don o un escarmiento de la providencia
es mucho más profunda
tanto como incierta el alma que
ante las luces del espectáculo
o ante el solemne vaivén de la vida
escoge morir sola prefiere vivir extraviada
La soledad genuina es un acto de rebeldía
en el fondo nadie quiere estar solo
pero a veces la compañía exige un precio caro
algo así como salirse de uno mismo
como reír sin ganas o hablar sin boca
y saber que el silencio desgarra
que no es posible ni deseable
y las miradas no se entienden
y los cuerpos se engañan
entonces uno acaba por sentirse más solo
entre tanta compañía aislada
entre tantos ismos errantes y vagabundos
que en el bosque más recóndito de la Europa nórdica
o en el frío más crudo de cualquier invierno
y de noche
La verdadera soledad se elige
como un acto urgente de búsqueda
porque nadie nunca quiere estar solo
y porque en el fondo intuimos que lo que el mundo
llama compañía
no es más que una triste sombra
de largas soledades que nunca se cruzan
que nunca se tocan se besan ni acarician
soledades largas que se deshabitan paralelas
como rieles fríos de acero, como vías del alma
nunca nunca
(matías)
domingo, 4 de octubre de 2009
Donde está la vida
Y quién soy todo eso
y qué es todo yo
acaso me digo
en un árbol una mesa
un silencio
se desnuda la imagen
la vida se recoge
caracol herido
carozo oxidado de viento
hasta los umbrales de sí
y así me pertenece
aunque no
así sucede
tan dentro
tan fuera de mí
que acaso me digo
en una mesa un árbol
un silencio
(matías)
y qué es todo yo
acaso me digo
en un árbol una mesa
un silencio
se desnuda la imagen
la vida se recoge
caracol herido
carozo oxidado de viento
hasta los umbrales de sí
y así me pertenece
aunque no
así sucede
tan dentro
tan fuera de mí
que acaso me digo
en una mesa un árbol
un silencio
(matías)
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