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martes, 20 de noviembre de 2012

El verbo y la música

El verbo sobre la piel mojada.
La espalda amarrada a la frente.
Sublevada la acción de todos:
Pájaros y moluscos, y perros,
A veces, gatos sombríos.
Gusanos espasmódicos, dormidos.
Ganas de comer un hambre.
De hambrear un deseo.
Exprimir su entraña,
Hasta el hueso de la noche.
Pasan silbando unas mujeres,
Con el verbo conjugado en el hueco,
Húmedo de los labios.
Y más allá está todo.
Donde llovía en Santiago de Chuco,
O se alborotaban los patios rompidos,
De la infancia rompida,
De los años rotos.
Y corría el verbo por las cosas,
Echando ganas,
En eufórica arenga,
Moviendo las piezas, las formas,
De la música íntima de la lengua,
De la cánula gruesa de la fuga,
De la fusta furiosa que azota y golpea,
Cuanto de sangre chilla en la palabra,
Chorreada, violenta,
Asesina y matada, simultánea, inconsciente.
Sin inocencia que ampare,
El mínimo gesto, aunque este fuera
El amor más casto.
Zarpan los puertos, amarran los barcos.
¿Acaso hay auténticos inefables?
¡Duermen las nubes!
¡Cavilan los animales!
Y si se fuerza:
El viejo esputa vísceras de infinito.
Sostiene un segundo y bebe del tiempo.
Lustra la efigie fría de un universo ya sido.
Las señoras pasan con los trapos en la conciencia.
Sus pañuelos picoteados por una literatura.
Hermanos son los que se parieron,
El uno al otro, y después a sus abuelos y padres.
Las cerezas utópicas, la música isotópica,
La verdad en la feria, la filosofía y la carne.
Un enjambre solitario es muchedumbre,
En la luz fúlgida de la noche oscura,
Cuando los jazmines olorosos de la huerta madura,
Están resecos y neutros.
Pero la historia, la potente, está en el verbo.
En el puente que relaciona.
En toda su alevosía.
Entre la forma de la boca y el beso,
Y la mejilla que aguarda,
Un instante absoluto, universos ajenos,
Un pozo metafísico, insondable, ontológico,
(Porque el vientre se hunde, el hijo le crece)
Que, sin embargo, cierta cadencia vulnera.
El universo es un ritmo, más que sustancia.
Dios es relación, más que presencia.
Y son los huecos, eso que falta, el rudimento necesario,
De la lengua de las formas.
Poco importan cada hocico, cada tendón, cada ceja,
Si no se unen, se mezclan, compactan, erizan, aprietan,
Sojuzgan, soslayan, estremecen, arriesgan y mueren.
Nada hay cierto, más que saltos, más que verbos en el abismo.
Todo, para nosotros, es una música.
Es una música, también, el amor, el perro, la vida, el silencio.

(matías)

1 comentario:

  1. Q BOCHO NO SE DE DONDE TE SALEN LAS PALABRAS COMO VES YO NI LAS COMAS N A

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