Vistas de página en total

miércoles, 7 de marzo de 2012

14:32

Están abiertas las puertas del frío
Las ventanas de un hambre
Que se come sola
Al final del ropero
Se desangra la memoria tendida
La sensación reversible
De cuando trajinan los pájaros
El cielo huele a tabaco
Los pájaros fuman y viajan en su intemperie
Estarán regresando como el humo
Debajo de todo hay una casa
Entre enumeraciones lunares
Y solsticios de agua
Y todas las cascadas y portentos del mundo
La casa es el hueso, la intuición, el llanto
Hay un hambre que se come sola
Acaba consigo y deja una ropita de rastro
Entonces todos preparan la ceremonia
Para esa potencia engullidora
Que se guarda bajo tierra
Aunque no tiene cuerpo ni cadáver.

(Matías)

No hay comentarios:

Publicar un comentario