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jueves, 10 de diciembre de 2009

Estoy trabajando

Para ella trabajo ahora
nada más que para ella
ni para la posteridad
ni para la poesía
para ella
trabajo desde el crepúsculo
hasta el pájaro
abnegado solitario
con la lluvia golpeando
en mis papeles
y el viento azotando
los postigos del alma

Trabajo para ella
debajo de su intemperie
o de su escaparate
como si no hubiera nada
más allá de sí
la hago mientras ando
cuando camino
cuando sueño
y aún respirando
la sigo haciendo
a cada bocanada
con cada pulso
cuando late conmigo
cuando tiemblo con ella
y de ella
no hago más que darle nombre
en mi cuerpo
formarla en mi sangre
incrustarla en los huesos

Para ella trabajo
tengo palabras de su pelo
palabras de sus ojos
trabajo para salvarla
ni siquiera para mí
trabajo para ella
para darle un cielo
un refugio un amparo
para echarla a que ande
quiero que ella no esté aquí
cuando todo pase

Para eso estoy trabajando
para que sea sencillamente feliz
para que no se muera
para evitarle los domingos
los ómnibus y los pies mojados
y ese segundo de sentirse vencida
en el eco triste de un cuarto
Estoy dispuesto a asumir
todos sus dolores y nostalgias
aún en su ausencia
en lo que tienen de suyo
mis soledades
trabajo de sentir frío
para abrigarla
ustedes van a entenderme
trabajo para ella
y cuando digo trabajar
quiero decir, amarla




(matías)

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