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martes, 28 de febrero de 2012

Escisiones

La vigilia extensa de la sangre
Los estados de conciencia
La súbita transparencia de la memoria
El recuerdo sangrando
Todo cuanto siente y tiembla
Respira, alimenta un hambre,
El agua transmutada en hielo
Los álamos de la puerta de casa
El paladar de tierra
Acumular pájaros que son sílabas
Todo lo que se vuela en la palabra
Y no saber dónde se está
Si en lo dicho o en lo volado
Escisión cruenta
Nacer cada vez a cada instante
Nacer en una esquina
En un amor
En un semáforo
Los órganos perplejos
Lo que ocurre de lo postrero delante
La vanguardia de lo acontecido
Ungido con aceites y calas
Lo más desaforado del vacío
Lo desesperado de los hospitales
Lo gris desolado del cementerio
La tensión de los vidrios, de los nervios,
El abismo exagerado del silencio
Todo cuanto calla y nada
Las naderías mundanas
La parábola desafiante del océano
El aburrimiento más oscuro y pesado
Nacer cada vez a cada instante
Vivir naciendo
Morir cada vez que se nace
La tristeza lacerante de lo alegre
El dulzor embriagante de la pena
Un exilio por intervalos
Los huecos de los ascensores
Lo que hay detrás de las rejas
La complexión frágil de mi esqueleto
Los osarios que aguardan
Y entre tanta cosa, ningún juicio
Nada más esta huella en la nieve blanca
Nada más que un poema
Que no es más nada,
Ni se sabe a sí mismo.

(Matías)